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miércoles, 17 de marzo de 2010

CAPITULO 15

Siento el retraso, pero por motivos laborales he tardado unas horas de más en colgar este capitulo....




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CAPITULO 15 

El air force one, surcaba el cielo azulado de aquella bonita mañana, en su interior, el capitán
Daniel Johansson accionaba algunos de los numerosos controles del panel principal que se
encontraba delante de los mandos de la aeronave. Llevaba varios días de aquí para allá
transportando al presidente de un lado para otro sin descanso, ya que a alguien se le había
ocurrido la excelente idea de visitar todos los lugares donde, según las encuestas, tenían
desventaja. Era la primera campaña electoral para Daniel, pero ya le habían dicho varias
veces, que serían unos meses muy intensos para él, ya que estaría de la cabina del avión al
hotel y vuelta a empezar.
En solo dos días visitarían Houston, San Antonio, Fort Worth y Dallas. En ese momento
venían de Fort Worth y se dirigían a Dallas para un paseo por la ciudad y un posterior
almuerzo con las autoridades.
La verdad es que en solo seis meses como piloto del air force one, había acumulado más
horas que en sus cinco años en el ejército. Para algunos la decisión de Daniel de dejar su
puesto como piloto aventajado de las fuerzas aéreas, fue un gran error, ya que supondría un
tremendo paso hacia atrás en su carrera, pero para Daniel era una vía de escape a todo lo que
le había ocurrido en el pasado.
En la cabina del avión junto a Daniel se encontraba su joven copiloto Jimmy Avner y el
operador Samuel Redmond, que se encontraba detrás de ellos en un costado de la cabina.
Se habían conocido por primera vez durante las pruebas de control para acceder al puesto y
juntos formaron una pequeña familia, ya que pasaban casi todo el tiempo juntos, debido al
trabajo. Hasta cuando no tenían que volar quedaban para jugar al póker o simplemente por
gusto.
Jimmy era jovial, en algunas ocasiones demasiado para Daniel, pero que le iba a hacer era
joven y despreocupado, se podía tirar varios días de fiesta y pasando de chica en chica
gracias a su aspecto de niño bueno y guapo, además ganaba bastante dinero, así que era el
tipo de tío preferido por cualquier chica.
Samuel, por otro lado era más introvertido, claro que al lado de Jimmy cualquiera podría
parecer introvertido, pero Samuel, era una persona tímida y solo abría la boca si de verdad
tenía algo importante que decir. A veces Daniel y Jimmy apostaban para ver cuando diría su
próxima palabra, lo cual les producía tremendos momentos de cachondeo. Según Jimmy, si
no fuera operador de radio, nadie habría oído jamás la voz de Samuel.
El viaje desde Fort Worth hasta Dallas era corto, así que desde el despegue hasta el aterrizaje,
que de verdad era cuando un piloto era necesario debido a la avanzada tecnología de aquel
avión, no tenían demasiado tiempo para estar de cháchara y cachondeo como de costumbre.
- Bueno señores, el pájaro esta en el aire. –Dijo Daniel recostándose en su asiento una vez
hubo acabado de estabilizar el avión-.
- Tiempo estimado del vuelo, doce minutos. –Dijo Jimmy dejando sus auriculares sobre los
hombros-.
- Bueno, chicos después de esto, de vuelta a casita y a pimplarnos unos whiskys.
–Comentó Daniel-.
- Ya te digo tío. –Respondió Jimmy-.
- Preferiría un buen martini. –Comentó Samuel desde su posición-.
- ¡Vamos hombre!. –Exclamaron al unísono Daniel y Jimmy-.
Samuel sabía lo que pensaban sus dos compañeros de la gente a la que no le gustaba un buen
whisky así que no perdía ninguna oportunidad de incordiarles, recordando que a él no le
gustaba esa odiosa y fuerte bebida, además la primera vez que salió con ellos, cogió tal
cogorza a base de whisky que acabó aborreciéndolo.
- Todas “mis amigas”, beben martini. –Dijo Jimmy-.
Daniel se rió, miró a Samuel y le dijo.
- Creo que te esta pidiendo una cita.
- Vamos, no seas cabrón, -dijo Jimmy mientras empujaba a Daniel- no quería decir
que….bueno lo que quería decir es que todas las tías con las que salgo….vamos que a mi me
gustan las tías….y tu eres como una tía…
Daniel y Samuel se estaban descojonando de ver el berenjenal en el que se había metido
Jimmy el solito.
En ese momento entró una de las asistentes de vuelo a la cabina, era una chica morena, alta y
con una figura impresionante, se llamaba Katy o algo así, -intentaron recordar, pero es que en
cada vuelo aparecía una diferente-. Tenía unas piernas de infarto y el uniforme que llevaba
no hacía nada más que recordarlo continuamente.
- Hola, ¿necesitan algo?. –Preguntó cortésmente Katy-.
- No, gracias Katy, –dijo Daniel esperando haber dicho bien su nombre- el viaje no durará
mucho, de hecho ya estamos a mitad de camino.
- Muy bien. –Dijo la chica con una sonrisa-.
Katy abandonó la cabina sujetándose al marco de la puerta, ya que en el momento que salía
hubo una pequeña turbulencia y se movió todo el avión.
- Que cabronazo. –Dijo Daniel a Jimmy-.
- ¿Qué?. –Preguntó riéndose Jimmy-.
Daniel había visto perfectamente a Jimmy mover el control del avión un poquito, lo justo
para simular una pequeña turbulencia.
- Solo quería comprobar que llevaba ropa interior. –Dijo Jimmy-.
- ¿Cómo demonios ibas a hacer eso tirándola al suelo?. –Le preguntó Samuel-.
- Secreto profesional, me temo que si os lo contara tendría que mataros.
–Respondió Jimmy casi descojonándose-.
Volvieron a reír todos juntos, una vez se estaban calmando, Jimmy se puso serio a duras
penas y se acercó hacia la posición de Daniel, hizo un gesto a Samuel para que también se
uniese a su pequeño corrillo y empezó a decir misterioso.
- ¿Habéis visto que piernas y que culo?.
Los dos amigos se quedaron estupefactos, ya que esperaban una revelación de mayor calibre
que aquella tontería.
Los dos se echaron hacia atrás haciendo un aspaviento con el brazo para que Jimmy supiera a
donde le estaban invitando a ir. Jimmy se rió y les dijo.
- Que no, que no se trata de eso, era de coña.
Se volvieron a reunir de nuevo, esta vez con la esperanza de uno de los jugosos cotilleos de
Jimmy.
- El otro día, estuve de farra con Steve, -comenzó a decir Jimmy-.
- ¿Quién?. –Preguntó Daniel-.
- “El encías”. -Respondió Jimmy haciendo gesto de que era obvio quien era-.
- ¡Ah vale!, -exclamó Daniel, mientras Samuel asentía con la cabeza, síntoma que ya sabía de
quien se trataba-.
“El encías” era un veterano del servicio secreto que tenía fama de que cuando bebía un poco
se ponía a airear los trapos sucios que hubieran ocurrido en alguno de sus turnos. Esta afición
ya le habían costado varias advertencias y sanciones de empleo y sueldo, pero lo de sacar la
lengua a pasear cuando iba mamado era algo que ningún castigo mitigaría.
- Bien, -continuó Jimmy- estábamos en el bar del aeropuerto de San Francisco y tras unos
whiskys empezó con su monologo.
- ¿Qué ha sido esta vez?. –Preguntó Daniel inquieto-.
- No os lo vais a creer, -Jimmy estaba creando esa atmosfera de ansiedad que le gustaba dar a
sus chismes para hacerlos más espectaculares-.
- Suéltalo ya, coño. –Le espetó Daniel-.
- Dice, que el presi, esta liado con Marilyn. –Dijo con una sonrisa pícara-.
Los tres guardaron silencio unos segundos y tras analizarlo bien, bueno lo bien que se puede
analizar algo así a treinta mil pies de altura y en unos segundos, Daniel y Samuel dijeron casi
a la vez.
- Anda ya tío.
- Que si, que es cierto tíos, -empezó a argumentar Jimmy- ya sabéis como es ese tío y que
todo lo que dice es cierto, al menos cuando va pedo, además me dio un montón de detalles y
me dijo los días exactos en que se vieron mientras el estaba de servicio.
- Pues como sea cierto, menuda bomba. –Advirtió Daniel-.
- Ya te digo, como se entera la doña, lo capa. –Dijo Jimmy con su habitual sorna-
Todos volvieron a descojonarse de risa. Se reían más del comentario de Jimmy que de la
infidelidad en sí, claro.
Pasaron varios minutos riéndose y comentando la jugada antes de que una luz roja empezara
a parpadear en el panel de mandos, seguida de un sonido de alerta.
Daniel se secó las lagrimas de los ojos y se dio la vuelta hacia el panel, se colocó los cascos y
muy serio les dijo a los otros dos.
- Señores estamos llegando a Dallas.

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